viernes, 26 de diciembre de 2008

Errare humanum est

Umana cosa è errare, como dirían entre el Tirreno y el Adriático.

Lo claro, es que este soberbio(sin dejar de pertenecer a la magnánime familia de Perogrullo) latinajo, refleja cuasi a la perfección la errática y fracasada -en ocasiones, sin alcanzar yo a confrontarme con el descorazonador y doblemente subjetivo pesimismo - condición humana.

lunes, 22 de diciembre de 2008

Cuestionar lo incuestionable

En una tarde gélida, hablando con un compañero, me surgió la duda en el silencio :

- Si yo,... comenzara a cuestionar todo aquello que es incuestionable, ya sea por su naturaleza axiomática, por su carencia de significado, o bien, por su falta de sentido práctico o aplicaciones útiles ad cotidianus; transformaríase el principio en cuestión en cuestionable???

Con el ceño fuertemente fruncido, mi congénere dijo:

- Pero..., ¿de qué coño estás hablando?

sábado, 13 de diciembre de 2008

Lección sobre la nada

Cierto día, nuestro magister nihilista accedió al aula; no más llegar a su poltrona, expuso:

-¿Qué es la vida?, ¿Qué es ser?, ¿Qué es el recuerdo?, ¿Qué es el sentido?, ¿Qué es la naturaleza?, ¿Qué es el hombre?, ¿Qué son el futuro y el devenir?...

Después de 15 minutos mostrando(se) esta serie de interrogaciones, dijo:

-Sólo son nada.

-Antes de partir, me gustaría que me dijerais entre 80 aprendices de la nada que sois; ¿Cual es el contenido de mis palabras?

Unánimemente, los alumnos replicaron:- Nada.

-No, estáis errando, nuestra composición matutina, solamente nos dice que todo es nada y nada es todo.

Reflexionen ustedes el porqué si este existe,

viernes, 5 de diciembre de 2008

Sobre la equidad humana

"Nadie es más que nadie, nadie es mejor que nadie"
Esas dos proposiciones, establecen viejos refranes o dichos, aunque inciertos, castellanos; que no sirva esto como precedente.
En efecto, todo hombre es diferente a su semejante, y por ende, existen diversas y distintas, no por ello imposibles clasi-cualificaciones entre homus, nos provocan afirmar (dentro de nuestro sano escepticismo, que reparte y otorga verdades al gusto o enojo de cada uno), que nadie es igual a nadie y con una absoluta dependencia al sentir, cada persona dista de cualquier otra en ese falso, ineludible y a su vez real acto de percepción que constituye una esencias naturales de nuestra existencia.