sábado, 31 de diciembre de 2011

¿Aura mediocritas?

- Ser loco siempre será mil veces preferible a ser mediocre.

- Pero corres el riesgo de ser marginado al ser insoportable.

- El precio de la originalidad puede justificarlo todo.

jueves, 29 de diciembre de 2011

miércoles, 28 de diciembre de 2011

Aristóteles y la justicia


Introducción
El ejercicio a comentar perteneciente a la Ética a Nicómaco de Aristóteles en su libro quinto capítulo primero nos introduce de pleno en varias temáticas centrales del curso de filosofía del derecho como es la noción humana de la justicia y su necesario deber de sustentar sustantivamente las leyes que rigen el comportamiento humano en el marco histórico de la antigua Grecia y sus postrimerías al que nos retrotrae la asignatura.
Comentario
El texto comienza haciendo una alusión directa a la justicia con la pretensión de identificarla y definirla lo que a lo largo del escrito identificándose con el sentido que el jurista romano Ulpiano le da en el Digesto en la cualidad de de “dar a cada uno lo suyo”.
Si bien este concepto, es muy amplio, en su obra Aristóteles limita aún más el concepto de Justicia al referirla como” una virtud perfecta, más no en términos absolutos, sino en relación con otro” separándola así de otros órdenes normativos así como insertándola en su sistema cognoscitivo afirmando que la justicia es así como axiológica; teleológica, es decir, está dirigida a un fin que es la propia felicidad-en el sentido socrático platónico no hedonista-. Necesario entonces para lograr la felicidad es la práctica de las virtudes ya que para él la justicia es la virtud ética por excelencia, la más importante.
Y es la práctica de la virtud la que nos conduce hasta el bien que de manera finalista se funde con la felicidad o eudaimonia. Tal y como expresa el estagirita preguntarse por este bien s, al que se tiende sin tener otro fin dependiendo de éste, es preguntarse por la felicidad: el hombre tiende a buscar la felicidad por sí misma; así, las acciones que tiendan a buscar esta felicidad, este fin supremo, son buenas; las acciones que desvíen al hombre o se le opongan a conseguirla, serán malas. No obstante, la dificultad está en determinar en concreto en qué consisten ese Bien y esa Felicidad.
Ahora bien tal y como expresa el propio Aristóteles en la Ética a Nicómaco, hay que considerar también, que si hablamos de justicia como una virtud o como la “virtud entera” en palabras del Aristóteles del texto, entonces en  ese sentido, la práctica de la misma tendría que ser la práctica del término medio, pues de ahí que la justicia es el justo medio entre cometer la injusticia y padecerla. Lo que se busca entonces, es la moderación de los actos, porque en el caso contrario implicaría la injusticia. De ahí que, el que comete la injusticia tiene porción excesiva de bien y el que la padece, demasiado pequeña. En ese sentido, ser virtuoso requiere evitar los extremos y practicar la correcta proporción. Sin embargo habrá situaciones en la vida, en que no sólo tenemos que fijarnos en la justa medida, sino que también debemos optar por una reflexión y un discernimiento para elegir entre dos males, de los cuales, siempre habrá uno menor respecto a otro. En este caso, el  mal menor puede ser considerado un bien, puesto que es preferido en vez del mayor.
Por otro lado, en el texto Aristóteles distingue entre las diversas especies o formas de manifestación de la Justicia en la sociedad. En primer lugar, hallamos la justicia distributiva tiene por objeto el reparto de los honores y los bienes en la comunidad, y exige que cada cual perciba una porción adecuada a sus méritos. Es el principio de igualdad el que postula aquí una desigualdad de trato, pues siendo los méritos distintos, han de serlo los premios. La justicia distributiva consiste, pues, en una relación proporcional, para Aristóteles en una “proporción geométrica”.
Por otra parte, existe la justicia correctiva o sinalagmática la cual no mira a las personas en primer término, sino a las cosas; y en ella la aplicación del principio de igualdad conduce a una consecuencia distinta, ya que no se valoran méritos distintos, sino que se mide impersonalmente el beneficio o el daño que las partes o sujetos pueden experimentar, esto es, las cosas y los actos en su valor efectivo, intrínseco, considerándose como iguales los términos personales. Para Aristóteles este tipo de justicia se distribuye en “proporción aritmética”. La justicia correctiva se divide en dos respectivamente, cuando interviene en ella el elemento de la voluntad, como elemento principal se denomina justicia conmutativa, y justicia judicial cuando se impone contra la voluntad de uno.
En el capítulo X del libro quinto de la Ética a Nicómaco, Aristóteles realiza otra distinción en base a la Justicia siguiendo los criterios que años antes, la revolución humanista y racional protagonizada por la sofística ya había delimitado. Esta distinción hace referencia a lo justo legal - formado por las leyes políticas y civiles- y lo justo por naturaleza. El estagirita, piensa que ambas clasificaciones son mutables ya que las cosas de la naturaleza están asimismo sujetas a cambios. No obstante, el propio Aristóteles define a la justicia natural como a aquella "que en todo lugar tiene la misma fuerza y no existe porque la gente piense esto o aquello".
Del mismo modo, lo justo por naturaleza es superior a lo legal pero del conflicto entre ambos no puede deducirse en todo caso la invalidez de la justicia legal pese a que la Escolástica reinterpretó a Aristóteles en sentido contrario.
Además, la justicia debe respetar el principio general de la equidad en el ordenamiento jurídico para ser tal. Según expone el estagirita en la Moral a Nicómaco la equidad es la justicia al decir “recurrir al juez es recurrir a la justicia. Y ello es así, porque el juez es una encarnación de la justicia”.
La equidad es una técnica judicial ante la imposibilidad legislativa de abarcar el conjunto de la realidad social dado que está formada de preceptos generales y abstractos. La equidad es la adaptación de la ley al caso concreto teniendo en cuenta que resolverá o compensará aquello que la justicia no pueda o se le haya escapado de sus manos, por eso de tener que observar siempre lo que dice la ley.
Es importante la labor del juez al generar que pueda materializarse en el caso en concreto la justicia absoluta, ya que a través de la equidad puede subsanarse esa clase de justicia para que se dé en el caso en concreto lo absoluto de la justicia y no sólo la justicia meramente legal.
El juzgador reivindica y corrige a la ley. El juez, en suma, quita el velo de la ley ciega para que los justiciables no se vean perjudicados por el carácter universal de la ley.
Ésta no es para Aristóteles sino “la razón desprovista de pasión”. En otro texto el filósofo expone “ni siquiera el gobernante más sabio puede prescindir de la ley, ya que ésta tiene una calidad impersonal que ningún hombre, por bueno que sea, puede alcanzar.” Obedecer a la norma es obedecer a una estructura racional no a los apetitos de cualquier gobernante. Sin ley, existirá el capricho de este último. El gobierno de la ley es el gobierno de la razón. Si la razón ha de gobernar a cada hombre, debe también gobernar al gobernante. El soberano en última instancia ha de ser la razón desapasionada, la ley. De esta manera vemos en Aristóteles un precedente remoto del actual Estado de Derecho consagrado en el 1.1 de nuestra Constitución actual.
Sin embargo, Aristóteles señaló el ejercicio de la libertad era esencialmente una obra de la razón; de esta forma no existiría contradicción alguna entre ley y libertad ya que ambas se fundamentan en lo mismo. Para Aristóteles no existía conflicto entre la libertad y la ley, pero esta no era sólo considerada como la necesaria protección de la libertad individual frente a la imposición de los demás, sino también como una adecuada salvaguardia contra la opresión gubernamental. Como lo expresó claramente John Locke, «el fin de la ley no es abolir o restringir la libertad, sino preservarla y extenderla».
Del mismo modo, el concepto aristotélico de libertad fue empleado por los padres de la Constitución de los EEUU quienes la incluyeron como principio general de la mentada Carta Magna como estado espiritual resultante de lograr una plena realización personal, así como resultado del propio esfuerzo al desenvolverse en un ambiente que permita el completo desarrollo de todas las potencialidades individuales, en todos los órdenes de la vida; y por tanto solamente es posible en un sistema político donde exista una verdadera libertad individual que lo habilite.

martes, 27 de diciembre de 2011

Polos opuestos

- Comunismo y anarquismo tienen en común la mácula de la libertad.

- El primero por defecto y el segundo por exceso. 

viernes, 23 de diciembre de 2011

Hechos de los que me doy cuenta

- La mente humana no está diseñada para conocer el ininteligible universo, sino para transformarlo.

- Sin duda, es mucho más divertido.

martes, 20 de diciembre de 2011

Reflexión musical

- No hay nada bueno ni malo, per se; nos corresponde a nosotros sacar lo mejor de las cosas que cruzan nuestro camino.

lunes, 28 de noviembre de 2011

Víctimas de Polaino

Cuentan que en pleno juicio penal un pobre abogado de oficio que defendía al típico raterillo de barrio bajo esgrimió unos argumentos tan vacíos, inoperantes y hasta risiblemente patéticos; que el magistrado que presidía la sesión pronto dándose cuenta de la nefasta fuente de sus "razonamientos" le profirió:

- Amigo, usted no tiene la culpa de perder este juicio. Con las enseñanzas que recibió de su profesor es imposible no dejar indefenso a cualquiera. Considérese una víctima de Miguel Polaino Navarrete.

PD: Yo también me considero una víctima de Polaino al igual que muchos de mis compañeros de la Facultad de Derecho de la Universidad de Sevilla. Y no sólo de Polaino sino de los gregarios de su departamento que intentan vendernos a toda cosa esa basura tan cara que son sus libros.

Y lo peor es que la saga continua; Miguel Polaino Orts, aún más estúpido que su padre, campea por sus ancha presumiendo de enchufe paternal al ejercer de profesor de universidad. Lo que muchos no saben es que la calidad de sus estudios era tan baja que le denegaron una beca nunca antes rechazada a quienes dan magisterio en la Universidad de Sevilla.

sábado, 19 de noviembre de 2011

Periodismo de calidad

- Si la imparcialidad es un ideal platónico inalcanzable e irreal; la independencia no es menos que una exigencia estrictamente necesaria.

jueves, 17 de noviembre de 2011

Vivir sin arte

- Nada más mediocre, aburrido y yerto que un ente incapaz de crear o ser belleza.

martes, 15 de noviembre de 2011

Contra el plagio

- Ningún orgasmo comparable a la inspiración del artista mientras vomita la genialidad de su alma a través de su obra.

sábado, 12 de noviembre de 2011

Génesis

- Y vio Dios que pese a poder solazarse con todas las maravillas del Paraíso; Adán se aburría. Tras pensarlo mucho, proclamó: "Hágase la mujer".

jueves, 10 de noviembre de 2011

Mujeres & Naturaleza

Como intentaba explicar a un amigo; en frío las mujeres no me son interesantes.

No dicen nada que pueda atraer mi atención, no tienen capacidad para hacer algo que pueda impresionarme (escribir, pintar, jugar al baloncesto, actuar)... ni tan siquiera mentir bien. La personalidad de la mujer me parece estúpida a todas luces por estar siempre basada en un ansia de felicidad egoísta la cual radica en hechos tan insignificantes e insulsos como el sentirse deseada por el sexo opuesto, aparentar o tener un trasero más respingón que el de su prima y demás gilipolleces por el estilo.

Del mismo modo no puede sino repugnarme un carácter que cuanto tiene de valioso ha sido copiado de la forma de vivir masculina. Me refiero a aquellas mujeres que se no se resignan a malgastar su vida a la sombra del hombre y deciden no ser una mera atracción sexual o unas guardianas del hogar. No obstante, esta corriente no es mayoritaria. La mayor parte de las hembras -ganado de fiesta y discoteca- que conozco dilapidan su inteligencia tratando de parecerle bella a un macho al que ve como a un Dios que las salve de la burda mediocridad de sus aburridas y solitarias vidas.

Sin embargo, la mujer incita pero no provoca, es decir, casi siempre carecen la valentía de decir simplemente lo que sienten y cómo dejando (para mi comodidad afortunadísimamente) que el varón escoja quién se lleva al catre. Lo peor es que mierdas de este tipo son el centro y total de sus hueras existencias sinsentido. Y aún cuando se van tornando viejas no hallan algo más útil y provechoso que la deleznable actividad del chismorreo.

Tampoco me es atractivo su cuerpo, más pequeño, débil, grasiento y poco musculado que el del hombre, ni por añadidura su cara la cual en un 99% de las ocasiones necesita ser acicalada y polvoreada para parecer decente. Asimismo, el tentador busto femenino no me despierta fascinación alguna. Al final tanto las tetas como el culo son simples cachos de carne grasa e inmotriz.

Lo que realmente ocurre es que el castillo de naipes construido antes se me derrumba antes de que el niño (si no es obviamente maricón) nazca. En la práctica, desde que mamamos del pecho materno nos sentimos inclinados a tomar a la mujer.

La causa de este hecho es la propia animalidad del ser humano, es decir, la naturaleza de la que estamos compuestos y formamos parte. Una vez más el instinto vence al raciocinio. Sencillamente, pese a que la mujer sea fea, estúpida y vacía apelando a profundo pensamiento; la trampa que nos tiende la propia esencia de nuestro ser para no extinguirse es incomprensiblemente insuperable.

Por ello, no me cabe la menor duda a la hora de sobar una buena teta o petar un coño.

lunes, 7 de noviembre de 2011

Traducciones Oasis (Wonderwall)



Wonderwall 4:18  

Today is gonna be the day that they're gonna throw it back to you Hoy va a ser el día en el que te lo devolverán
By now, you should've somehow realized what you gotta do Hasta ahora, debes saber de algún modo lo que debes hacer
I don't believe that anybody feels the way I do about you now No creo que nadie sienta lo mismo por tí que yo ahora
Backbeat, the word is on the street that the fire in your heart is out Se dice en la calle que el fuego de tu corazón se ha apagado
I'm sure you've heard it all before, but you never really had a doubt Sé que lo has oído antes, pero nunca has tenido ni siquiera una duda
I don't believe that anybody feels the way I do about you now

And all the roads we have to walk are winding Y todas las calles que hemos de recorren son serpenteantes
And all the lights that lead us there are blinding Y todas las luces que nos condujeron hacia allí son cegadoras
There are many things that I would like to say to you, but I don't know how Hay muchas cosas que me gustaría decir, pero es que no se cómo

Because maybe you're gonna be the one that saves me Porque quizás tú vas a ser quién me salve
And after all, you're my wonderwall Y después de todo, eres mi muro maravilloso

Today was gonna be the day, but they'll never throw it back to you
By now, you should've somehow realized what you're not to do
I don't believe that anybody feels the way I do about you now

And all the roads that lead you there were winding
And all the lights that light the way are blinding
There are many things that I would like to say to you, but I don't know how

I said maybe you're gonna be the one that saves me
And after all, you're my wonderwall

I said maybe (I said maybe) you're gonna be the one that saves me
And after all, you're my wonderwall

I said maybe (I said maybe) you're gonna be the one that saves me
You're gonna be the one that saves me
You're gonna be the one that saves me


jueves, 3 de noviembre de 2011

Día de la Constitución

- La gente no quiere una puta Constitución de mierda papel mojado; sino un trabajo de 3000 pavos al mes.

lunes, 31 de octubre de 2011

Despersonalización


Despersonalización

Todavía no sé qué estuve esperando
Todavía no sé para qué anduve pensando.


Yo quiero vivir para siempre
Yo quiero volar en la eternidad
Yo solo quiero surcar los cielos
Yo solo quiero a la muerte matar.

Yo no quiero colecciones de recuerdos
Yo no quiero llorar para llenar el mar
Yo no quiero esperanzas de futuro
Yo quiero soñar la realidad.

Yo no quiero victorias vacías
Yo quiero hallar la verdad
Yo no quiero compañías no sentidas
Yo quiero compartir mi soledad.

Yo quiero desenterrar tu alma
Yo quiero escribir en la inmensidad
Yo quiero desaparecer contigo
Para ver lo que no ven los demás.

Yo quiero cantar callado al silencio
Yo quiero ser un nunca jamás
Yo quiero descubrir que hay en tu mente
Y despojarte de la máscara del disfraz.


domingo, 30 de octubre de 2011

Mario y un culo


Mientras tomaba una birra en una terraza durante el eterno Sol decadente de verano en una atestada terraza; Mario vio un culo. Podría decirse que aquello era mucho más que un bonito trasero, quizá aquella chica tuviera un buen empleo, fuera educada, femenina, seductora o ejerciera de reina del íntimo arte de comer pollas.

Tal vez fuera todo eso e incluso mucho más pero Mario tan sólo podía ver un orto majestuoso; perfecto, con personalidad propia –la más magnética que Mario había conocido hasta entonces-. Y entonces marchó decidido hacia él.

jueves, 27 de octubre de 2011

Metafóricamente hablando

¿Qué es una metáfora? ¿Para qué sirve?

Una metáfora es la metáfora del arte metafóricamente hablando. Una metáfora es la mezcla definitiva de la imagen mental y la real. Un espejo de la mente. La ventana del pensamiento.

lunes, 24 de octubre de 2011

De la música

- Siempre he pensado en la música como arte particularísimo, innato, preintelectual, subconsciente.

- ¡No!¡Qué carajo dices! La música es simplemente el movimiento melódico y repetitivo de las ondas del aire.

- ¡No! La música es el vaivén efímero de las olas del mar.

sábado, 22 de octubre de 2011

Del bien y el mal

¿Quienes somos tú y yo para decir lo que está bien o mal? ¿Por qué existen gentes tan capaces como para legislar determinando y limitando el comportamiento de los demás? ¿Por qué tengo yo que asumir el derecho de la sociedad?

Simplemente nací libre. Mentira, nací atado a esos códigos convencionalistas que rigen y dictan lo que puedo hacer y no. ¿Por qué?

Destruyamos los mandatos y los cargos de mandantes. Fundemos el imperio de nuestra voluntad.

domingo, 16 de octubre de 2011

Sombras en la noche (C)

Lo que realmente hace extraña y a veces insoportable la existencia humana es además del conflicto entre deseo y realidad que ya analizaré; el exceso de preguntas y la falta de respuestas. Y eso es precisamente la filosofía, la voluntad imposible de saberlo todo.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Rancio del PP



- Lo peor del votante de derechas no es que piense que el que vota a otro partido es gilipollas; sino que hasta puede tener razón.

miércoles, 5 de octubre de 2011

Sombras en la noche (IC)

La subjetividad es la objetividad del sujeto.

Y por eso es inviable separarlas, porque no hay objeto sin existir nadie que lo piense ni hay sujeto que (por mal que lo haga) no perciba lo que tiene antes sí.

domingo, 2 de octubre de 2011

Sombras en la noche (XCVIII)


Las dudas asaltaban su cabeza; Mario no sabía qué hacer, ni que pensar, ni a quien querer.
-          Tío, tú eres un hombre. Ese es tu puto error. Los hombres no piensan; hacen. Debes actuar como te dicte tu jodido instinto
-          Tienes razón.
Sin embargo para esa mente tan insegura y fantasiosa era inadmisible dejar de contemplar posibilidades pasadas, presentes o futuras.

martes, 27 de septiembre de 2011

Sombras en la noche (XCVII)


Quizá, la vida y el éxito multiadjetivable pero sin nombre asociada a la primera fueran una cuestión de mera fuerza. Tal afirmación le parecía a priori y teóricamente; la pura expresión conceptual de un maquiavelismo egoístamente cruel y atroz.

Sin embargo, las leyes de la física y demás útiles idioteces a las que somete la humanidad sostenían que de nada sirve hablar bien y claro para ser escuchado, simplemente basta con hablar fuerte o alto. Asimismo, el más respetado, era el más temido, es decir, el más fuerte; y por tener estas dos cualidades era también el más poderoso, esto es, el más libre.
Incluso con las féminas esto daba sus frutos, ellas adorarían al más bizarro; e incluso si se fuese débil, cobarde y pusilánime bastaría con insistir vigorosamente.

Por ello, a la hora de la verdad; (pese a estar en plena hipócrita oposición a su conciencia)  él ni siquiera dudaba en chillar, molestar o meter una hostia. 

viernes, 23 de septiembre de 2011

Sombras en la noche (XCVI)

La represión del fondo de la voluntad de las personas es la clave psicológica del ser humano.

La voluntad humana antes mentada es el arma más poderosa del universo por insaciable, insatisfacible y por tanto, infeliz. Nunca podremos dejar de querer algo. No obstante, abolir la voluntad sería humano. Dejarla flotar libremente, anárquico. Anárquico sí, y suicida también.

Por ello, deberíamos querer siempre algo imposible, especulando y soñando siempre con la posibilidad ficticia de alcanzarlo. Vivir en una mentira. O tal vez conformarnos sencilla y simplemente con lo que tenemos.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Sombras en la noche (XCV)

Coincidíamos ambos en que la ciencia útil y el arte su antónimo. Sin embargo, yo mantenía extrañado que pese a su inutilidad, el arte valía más que la ciencia (por algo anteriormente explicado). Él me respondía que ni yo podría por mi animal condición vivir de manifestaciones de la belleza de la mente (fondo) trasformada por la mano (forma) humana. Y es así como quiero que me recuerden, como a un soñador para el cual la superficialidad de lo bello era lo más profundo de su existencia.

domingo, 18 de septiembre de 2011

Sombras en la noche (XCIV)

Y es que probablemente, y volviendo al tema anterior, todo esté ya inventado. De este modo, no hay consuelo para el creador salvo el de crear algo a partir de lo ya hecho. De esta manera, la nada está vetada para el hombre.

sábado, 17 de septiembre de 2011

Sombras en la noche (XCIII)

Al fin y al cabo siempre hubo y habrá una primera vez. Morir virgen era un desprecio a los placeres de la experiencia y una apología a la fingida cobardía. Pero esto no va por los derroteros que ustedes sopesan. Todo lo contrario. Esto me conduce a creer que el total del saber humano (dicho muy gravemente) es autodidacta en su esencia y plagiador en su total conjunto. Y esto es porque la virginidad humana está -ya y cada vez más- muy prostituida. Siempre hubo una primera vez para alguien, para un pionero al que sospechamos plagiador.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Sombras en la noche (XCII)

A él siempre le pareció, o al menos tuvo la impresión de que los hombres (y mujeres) soberbios y tendentes a demostrar(se) que eran mejores en cuanto hacían poseían en el fondo una inseguridad pusilánime que contrastaba fuertemente con la magnanimidad superior que pretendían demostrar. Tales eran los nociones de psicología autodidacta en las que acaso algún avezado experto hubiera reparado previamente.

sábado, 10 de septiembre de 2011

Sombras en la noche (XCI)

La calle, ese espacio abierto donde confluían toda clase de individuos, era el escenario más directo y accesible para quién quisiera aprender las peculiaridades de la vida; los caprichos y normas del mundo. Y para quién no, ese potentísimo somnífero, esa droga abstrayente que hacía del mundo interior del hombre una realidad veraz y de la realidad una amable utopía, la ignorancia.

lunes, 5 de septiembre de 2011

Sombras en la noche (XC)

¡Oh el tiempo! Ese gran jodido tema filosófico. Éramos niños hasta que de una maldita vez nos dábamos cuenta de que éramos más viejos de lo que quisiéramos ser.

¡Oh el tiempo! Esa sucesión interminable e infatigable de días, de noches,  de soles y lunas, mañanas y tardes, alegrías y angustias. Y es que definitivamente, no había nada fuera del tiempo. Ni nada que pudiera permanecer por siempre dentro de él.

jueves, 1 de septiembre de 2011

Sombras en la noche (LXXXIX)

Él podía perfectamente hablar y demostrar hábilmente su elocuencia. Podía dar un discurso que los dejara pasmados y conscientes de su ignorancia. "¿Para qué?" solía preguntarse. Y mientras permanecía sentado, escuchando, oyendo, personalizando, dándose cuenta, callado, sin dar signos de vida, crepuscular. Sí, él fue aquel hombre que parecía no saber nada.

miércoles, 31 de agosto de 2011

Sombras en la noche (LXXXVIII)

Así como de la fealdad absoluta de ciertos elementos visuales uno pudiere escapar simplemente cerrando los ojos, no había manera alguna de huir de aquellos ruidos espantosos. Ni de aquella deliciosa música cuya melodía y ritmo eternizaban en el terrible rincón de los recuerdos.

martes, 30 de agosto de 2011

Sombras en la noche (LXXXVII)

Yo sentía como si mis ideas estuvieran contadas. Como si al escribir cada una, se iniciara una malvada resta que trocara en un solar ruinoso mi cerebro. Quizá por ese motivo, prefiriera guardarme para mí ciertas cosas.

viernes, 26 de agosto de 2011

Sombras en la noche (LXXXVI)

Lo realmente valioso de la vida, de la existencia, eran los sentimientos. Por ello debemos colocar al arte en el cielo de los altares de la ciencia; ya que el arte no es sino la expresión de los sentimientos y la ciencia la expresión de una realidad rara vez sentida.

miércoles, 24 de agosto de 2011

Sombras en la noche (LXXXV)

El sueño profundo y, el sueño en definitiva eran los estados menos semejantes a las propias situaciones características de esta vida. Tal vez porque ni siquiera fueran estados. Uno no vivía, no estaba, no era consciente de su vida (y los sentimientos ligados a ella) entonces. Quizá por eso sea imposible vivir sin soñar.

lunes, 22 de agosto de 2011

Sombras en la noche (LXXXIV)

Entonces sentía deslizarme en cada centímetro de su cuerpo. Sentía su mirada cariñosa, afable y discreta al mirarme tímidamente. Sus pupilas eran dos ideas perdidas en las tinieblas de la noche; oscuras y brillantes al pasar por cada farola iluminaban los laberintos recónditos de mi cerebro. La conversación enrtonces era inexistente o carecía de importancia. Éramos presos de nuestros deseos.

A miles de millas de distancia, a Rìmini la boca de su acompañante de turno le resultaba familiar. Cada nuevo beso era más parecido al de su prima. ¿Qué sería de su prima?, compañera de juegos en la infancia y terribles postrimerías. La tomó siendo una niña inocente apenas picardeada por los juegos de la calle y la dejó siendo una amiga desinteresada y amante esquiva.

Esquiva por estar también tan bien.

viernes, 19 de agosto de 2011

Sombras en la noche (LXXXIII)

Todos los egregios filósofos del presente siglo (y del anterior) coinciden casi unánimemente en señalar que en primer lugar´el saber absoluto es imposible así como en segundo, la inopia o la ignorancia absoluta es igualmente imposible.

jueves, 18 de agosto de 2011

Sombras en la noche (LXXXXIII)


Yo siempre pensaba que la inspiración era trivial y azarosa. Una cuestión de fortuna. El arte era una eterna e interminable composición de inspiraciones. De ideas. Buscar estar inspirado era absurdo, desearlo siquiera también. El error indeleble era dejar pasar la inspiración como quien deja pasar a una mujer hermosa.

lunes, 15 de agosto de 2011

Sombras en la noche (LXXXII)

La vida era una espera interminable, una continua lucha para seguir existiendo, para continuar viviendo. Habíamos de pelear para conseguir el pan de cada día, la supervivencia de nuestros descendientes. Pero aún mucho más.

sábado, 13 de agosto de 2011

Sombras en la noche (LXXXI)


La idea del escritor (mi idea) no pretende retratar la vida tal y como es. O tal vez sí. En la sugestión está la clave. O forse en la descripción. Lo que más me molesta ahora es que todo sea un forse y quizá nada nunca sea un sempre; pero una vida predecible es siempre muy aburrida; ché. Expect the unexpected is beautiful digo.

-          Este momento que comparto con vos es uno de esos en los que solo me apetece estar solo, tumbado en mi cama, escuchando música. 

domingo, 31 de julio de 2011

Sombras en la noche (LXXX)


Un paisaje delicioso, una figura armónica, una idea fantasiosamente fantástica, un sueño incomprensible al que intentar recordar lo(gi)camente sin éxito, una sonrisa de buenos días y un silencio de medianoche. Una mirada cómplice al levantar la vista del papel. Un líder al que seguir sin darse cuenta, un camino fatigante que fuera cada día distinto, una luz cegadora que nos impidiera ver la realidad, una metáfora genial que desde una imagen momentánea nos hiciera ver una realidad eterna. Cosas así.

viernes, 29 de julio de 2011

Sombras en la noche (LXXVII)



El otro día entró al club, un tío parecido a mí. Con el que me siento identificado. Me gusta observarlo y analizar nuestros paralelismos. Y diferencias. Tengo la certeza de que él hace exactamente lo mismo conmigo. A veces, siente una inquietud amarga e infeliz interior que emboza magistralmente al ver como los demás se divierten y él no. No es sólo el entretenimiento ajeno y el aburrimiento propio –diríase que este hecho es hasta fútil-  sino la envidia de los demás, un pecado mortal, el querer ser el otro y hacer lo que hace el otro sin dejar de ser uno mismo. Una cosa extrañísima pero tan real como la anarquía limitante de la raza negra.

jueves, 28 de julio de 2011

Sombras en la noche (LXXVI)


¿Hacía donde iría? Tal vez me importara. Empero, estaba demasiado cansado para seguirla –como había hecho en muchas ocasiones inútilmente con otras mujeres en cuya mirada (y cuerpo) encontraba algo interesante -.

sábado, 23 de julio de 2011

Sombras en la noche (LXXV)


No obstante, en esa fuga de la normalidad hacia un terreno sin convencionalismos, hecho a la medida de mi manera.

-          Una vida fabricada por quién la vive, che. Algo utópico ajeno a toda circunstancia –pensé mientras miraba el suave meneo de un culo femenino joven y bello que se movía encerrado en unos vaqueros al andar apresuradamente.
                                                                                                 

jueves, 21 de julio de 2011

Sombras en la noche (LXXIV)


Déjame ver lo que yo quiera. ¿No eras tú el de la apología de la libertad?
En aquel verano, mi tiempo era llenado por silencios de soledades; por soledades de silencios. Aquel vacío solo podía ser colmado por manifestaciones artísticas de valor extraordinario. Era otra vez una huida. Una escapada de las miserias. Y sobre todo de los miserables. Aunque también del tedio y la incomodidad de compartir instantes con el prójimo. Parecía que soledad era un sinónimo algo amargo e incompartible de libertad. Sin embargo, sólo solo podía pasearme desnudo por casa, poner la música alta, comer a las cuatro, beber vodka sentado en el sofá o tirarme un buen pedo en la cocina.

lunes, 18 de julio de 2011

Sombras en la noche (LXXIII)


Pero, ¿por qué había de morirme?, ¿por qué no viviría para siempre? Posiblemente, ser eterno fuera una desgracia. Imaginen a un tipo con las enfermedades propias de los años cumpliendo quinientas primaveras. Sería asqueroso, pasaría la mayor parte de su vida inmóvil y teniendo que ser asistido hasta para respirar. Y lo peor es que el problema jamás tendría fin.
                                     
-          Che, yo me refiero a una eternidad amable. Hasta el punto de ser siempre joven, por dentro y por fuera. De que el tiempo solamente transcurriera en el exterior.
-          Sabes bien que eso es una quimera.
-          Como casi todo lo bueno.
-          Pero aquí estamos para expresar lo que vivimos. Es decir, las realidades.
-          ¿Por qué? No vengas a joderme. Prefiero mis fantasías. Es más, la fantasía es una parte de la realidad.
-          Una parte falsa e imaginaria.
-          Si, pero una parte perfecta. Un mundo hecho a la medida de tu voluntad. A la forma de tu deseo.
-          Estás hablando de un opio del pueblo –empleando la metáfora marxista- que te impide ver aquello que es real.

jueves, 14 de julio de 2011

Sombras en la noche (LXXII)


En esos soleadísimos días, ella se enojó conmigo porque pasaba más que nunca y sobre lo habitual y permisible de ella. Y lo demostró pagando con la misma moneda, con la cara de la indiferencia. Mas en el fondo sabía que yo era irrepetible, singularísimo, original, un tipo de loco que se extinguiría al morirme.

martes, 12 de julio de 2011

Sombras en la noche (LXXI)


Razic creía firmemente en los principios libertarios ultraderechistas basándose en la evidencia de que nadie es igual que nadie aunque pertenezcamos a la misma especie, necesitándonos principalmente para procrear.

También solía decir que la situación actual referente al poder o política en la que vivimos era una mezcla vulgar de ambas actuando cada uno según conveniese orientándose sin saberlo hacia una vertiente u otra. Desde el club, él pretendía abrir una ventana a la inmensidad de la verdadera libertad que proclamaba dando su ejemplo. Repetía que era el Mesías del nuevo anarquismo.

sábado, 9 de julio de 2011

Sombras en la noche (LXX)


Por el otro lado, la derecha sería sinónimo de libertad –muy alejada del conservadurismo y próxima a un anarcocapitalismo-. Esta postura era opuestamente contraria a la anterior ya que el concepto libertad, es antónimo del de equidad. Es bruscamente imposible estar planificado por el estado y a la misma vez hacer lo que te dé la gana. Ahora bien, el susodicho sistema se abolía a sí mismo, ya que los ciudadanos jamás escogerían libremente la opción de pagar impuestos –que no voluntarios- creando una destrucción asimismo de toda sociedad basada en unos principios a respetar. No habría por tanto bases, ni leyes o convenciones humanas que cumplir. Al fin, el hombre se vería liberado al ser reestablecida la ley anti-leyes; la ley de la jungla. En este estado natural –empleando la denominación propia de los filósofos pre-ilustrados como Rosseau, Locke o Hobbes- se efectuaría una selección natural de la especie humana bajo el lema: Only the strong survive.  De este modo, no habría piedad y la vida del hombre carecería de todo valor objetivo. Tan fácil y aceptado (por la propia norma que excluía cualquier normativa) sería aplastar a una cucaracha como acuchillar a un hermano. Si esta suposición se diera, el humano no haría sino retroceder milenios para reencontrarse con su utopía.

jueves, 30 de junio de 2011

Sombras en la noche (LXIX)


A la izquierda le correspondía la igualdad, o sea, procurar que los ciudadanos vivieran en unas condiciones socioeconómicas lo más similar posible. Así, no existirían las clases ni las desigualdades e injusticias que se dan en nuestro mundo. A partir de ahí, comenzaba lo malo para Razic. Para cumplir este digno propósito, se coercían, se abolían las libertades de los ciudadanos ya que por mucha fortuna que intentaran hacer; siempre tendrían una circunstancia idéntica (siempre hablando en condiciones materiales) que el prójimo. Además, una parte esencial de su vida estaría controlada totalmente por el sistema antilibertario. Del mismo modo, este régimen sería viciado y condenado a desaparecer ya que los trabajadores en él no hallarían motivación alguna para continuar cumpliendo su labor al ver que hicieran lo que hicieran cobrarían siempre lo mismo. Y todo esto suponiendo que los gobernantes fueran honestos y probos, alejados de las corruptelas y fieles a los principios comunistas.

miércoles, 29 de junio de 2011

Sombras en la noche (LXVIII)


Durante toda la noche –en la que como de costumbre permaneció allí- llenó la pared de pintadas anarquistas que inspirarían a una nueva ultraderecha basada en la más total y absoluta libertad e independencia humana. Según él, la izquierda y derecha poderosas (no se refería a izquierda y derecha políticas porque creía que la política no existía como tal sino como una forma de poder y gobierno, es decir, de opresión) se agrupaban teórica y abstractamente – él mismo reconocía abiertamente que sus pensamientos en ocasiones no tenían parangón con la práctica, con la realidad-  en dos ideales. 

lunes, 27 de junio de 2011

Sombras en la noche (LXVII)


Entonces, consciente de la inutilidad de las palabras, Vladimir calló y prosiguió pajeándose y tomando nota como si yo no existiera; ignorándome a la usanza del gran fingidor que se autoengaña simulando no conceder un ápice de importancia a lo único que le interesa en ese momento. Razic era definitivamente, todo un artista.

jueves, 23 de junio de 2011

Sombras en la noche (LXVII)


Vivía en la calle hasta que se instaló en el círculo de los misántropos –sin previo ofrecimiento de su propietario- trasladando allí su particular biblioteca de volúmenes robados, antiguos y mugrientos.
                    
-          ¿Y tú porque no trabajas? –un día descaradamente le inquirí.
-          El tiempo es demasiado valioso para emplearlo haciendo cosas que no quiero hacer. Prefiero ser un muerto de hambre libre, haciendo lo que me venga en gana a ser un esclavo del trabajo millonario mas amargado por no ser lo que quiere ser.
-          ¿Y es esto lo que quieres ser, un bebedor sin techo patético?
-          Nada de eso. Eso es lo que puede parecer. Desde fuera. A mentes superficiales. Soy el Diógenes del siglo XXI –afirmaba mientras sostenía sus escritos sobre filosofía con la misma mano con la que intentaba bajarse la cremallera del gris pantalón para masturbarse tumbado, plácidamente como solía hacer cada mediodía.
-          Otro cualquiera ya te hubiera echado (con severidad bonachona).
-          No hables como si me hubieras salvado la vida. Yo estoy de algún modo “laborando” aquí como publicista, portero y promotor de actividades.
-          Todo me parece bien mientras no te creas que esto es tuyo.
-          Nada es de nadie.
-          No vuelvas con tus gilipolleces paranoicas de filosofía barata (me voy y vuelvo para decir algo).
-          Y menéatela en un sitio más recogido; donde nadie te vea. Hay gente a la que le das asco.
-          Otra vez impidiéndome ser libre. No me toques la polla.
-          Esto es una comunidad; de antisociales vale, pero al fin y al cabo una comunidad.
-          Claro, una comunidad con normas, reglas y coerciones (irónico, exaltado, con medio pene fuera).
-          Me estás tocando los cojones; esto es mío y aquí yo hago lo que quiero –cada vez más enojado, subiendo el tono de voz.

lunes, 20 de junio de 2011

Sombras en la noche (LXVI)


El del club, Vladimir Kezic; era un borracho parado vagabundo que se despojaba del estilo de vida occidental –caracterizado por la comodidad, el trabajo rutinario y monótono de 8 horas, la aceptación gregaria del sistema, etc.- deviniendo en un vagabundo que moría por sus ideales, por su vida bohemia, por sus lecturas sumamente analíticas de Kafka, Goethe, Dostoyevski, Borges y sobre todo de filósofos como Dilthey o Heidegger. Además, se dedicaba a estudiar idiomas los cuales aprendía en apenas una semana con una facilidad pasmosa (como la mayoría de los balcánicos).

sábado, 18 de junio de 2011

Sombras en la noche (LXV)


Sin embargo, había algo, un espíritu esotérico, un sentimiento abstracto y vero o un feeling intangible que nos era común y conocido a ambos.
                 
-          Los amigos estamos para algo más que para salir de copas-  me recordaba en mi cabeza mi camarada.

Y era verdad, una amistad auténtica no era un pasatiempo o una compañía con la que pasar el rato y entretenerse. Era algo más profundo, un sentimiento más noble; el más noble quizá de cuantos existen.

miércoles, 15 de junio de 2011

Sombras en la noche (LXIV)



Estábamos convencidos de que algo nos estaba destruyendo por dentro. No sabíamos si era el amor, el tiempo o los melocotones en almíbar que ingeríamos desde el refrigerador incluso cuando yacían caducados de dos meses. Esos duraznos que teníamos pena de tirar y acabábamos por comer porque tirarlos sería un verdadero desperdicio, una pena, un desaprovechamiento del típico niño mimado consumista (no confundir con comunista salvo en inhonrosas y frecuentes excepciones) que al tener de todo no aprecia nada.

sábado, 11 de junio de 2011

Sombras en la noche (LXIII)


Indudablemente, la presencia más destacada fue la de un tarado que coadyuvó conmigo desde que vio el letrero en la puerta que le recordó al disco más dylaniano de The Beatles. En el club, él y yo borrachos cada noche cantábamos canciones tristes de Joy Division (contradicción del el nombre del grupo) agarrados del hombro hasta cansarnos quebrándonos la voz ya enronquecida como miembros de una misma hermandad, de una misma desgracia.
                 
-          Love, love will tear us apart again- repetíamos una y otra vez con tono propio de barítono.

domingo, 5 de junio de 2011

Sombras en la noche (LXII)


La primera presencia reseñable fue la de un joven granadino muy blanco de piel y casi autista hasta el punto de no hablar con nadie (aún cuando se le preguntaba) ni mirar jamás a los ojos de ninguno. Él se limitaba a sacar su cuaderno y unos apuntes realizando especulaciones y problemas matemáticos inútiles. De vez en cuando, miraba con pudor, embozo y secretismo a los pocos que habitábamos la sala. Juraría que desearía superar su timidez apabullante y establecer contacto con el resto; mas no podía. Luego, se marchaba aburrido a casa en la que tenía el arropamiento obsesivo de su madre habiendo fracasado en su propósito, otra vez.

martes, 31 de mayo de 2011

Sombras en la noche (LXI)


(Rompiendo con la temática) Una tarde negra de finales noviembre, fundé el Club de los Corazones Solitarios en un local abandonado próximo al río el cual acondicioné con la ayuda de la madre de mi amigo.

Pronto comenzaron a acudir tipos raros y otros no tanto movidos por la curiosidad. Técnicamente y de acuerdo a la lógica y el sentido común que en ocasiones deja de regir la vida –por fortuna-; era absurdo crear una compañía de íngrimos tal y como hubiese sido crear una clínica abortiva exclusiva para hombres.

lunes, 30 de mayo de 2011

Sombras en la noche (LX)



Y entonces descubrías que a tu alma ánima gemela se la sudaba lo que para ti era especial, cuasi divino, sublime. Y viceversa.

Todas las noches, mientras caminabas en solitario por las pedregosas calles iluminadas con farolas que te hacían tener 1001 sombras te dabas cuenta de que no le importabas nada a nadie (salvo a tu madre); consecuencia de tu comportamiento ante la gente a la que posponías frente a tu persona. ¿Egoísmo? Quizá. ¿Te bastabas sólo? Sí, podías divertirte –o fingir que te divertías en soledad-, ¿mas al final qué? Nada profundo. Nadie con quién compartir intervalos lúdicos y/o aburridos de tu existencia. No respondías las llamadas que te mandaban porque te parecía una pérdida de tiempo. Lógicamente, te dejaron de llamar. Eras el dueño de tu vida ma non troppo

jueves, 26 de mayo de 2011

Sombras en la noche (LIX)


Allí, en esa pieza sombría hacia un calor insoportable, pegajoso y húmedo por cuestiones geográficas que me hacía sudar hasta en las palmas de las manos.
Débil, agotado y lánguido; me propuse a coger un cubo de agua y tirármelo por la cabeza hasta la suela de las babuchas. A mí no me gustaba hablar de mi vida ni mis intimidades. A mí amigo sí pero con límites y reticencias sobre su pasado negro y latente en el profundo sufrimiento de sus recuerdos. Su biografía duró unos 6 meses. Nada ajeno a ese intervalo temporal parecía importarle. Al fin y al cabo, sendas existencias muy unidas por los sobresalientes y cansinos lazos de la amistad verdadera, habían conocido muy de cerca el fracaso de vivir, el sentirse un extraño frente a una realidad inmaleable. Empleábamos nuestros luengos ratos libres en buscar y buscar; buscar, cercar sin descanso algo con lo que identificarnos. A lo que sentirnos apegados. Que nos hiciera disfrutar y sentir definiéndonos como tipos raros cuyo eco no era escuchado pero sin embargo compartido. Lo que al fin pretendíamos encontrar era alguien como nosotros, con nuestros mismos gustos y aficiones. Con nuestra manera de pensar. O tal vez no. Pero era demasiado dura la carga del espejo. La de la honda y subterránea soledad.

sábado, 21 de mayo de 2011

Sombras en la noche (LVIII)



-          ¿Tu crees que hay alguien que se haya masturbado pensando en si mismo, erectándose mientras se mira al espejo?
-          ¿Además de mí? ¿Soy yo alguien?
-          Que asqueroso eres de verdad. Me gustaría no creerte.
-          Y que autosuficiente.
-          Pero sólo has respondido parcialmente.
-          Supongo que sí. Pero (cambiando de tono y actitud hacia el sarcasmo), ¿por quién carajo me tomas? ¿Qué piensas eh, que yo voy espiando, preguntando y metiéndome en el coco de la gente cuando se menean o se meten lo que sea?
-          Ah, yo que sé; como viste a la tía esa desnuda en su casa…
-          Yo soy un voyeur del arte. Y el cuerpo femenino, en ocasiones, lo tiene. No soy todavía de piedra, amigo mío.
-          Seguro que sería tan sólo por contemplar la obra al detalle te ocurrió eso…
-          A veces el arte nos trastorna las neuras.

martes, 17 de mayo de 2011

Sombras en la noche (LVII)


Pero justo mientras yo pasaba por la gran avenida en la cual estaba el portal de su casa; la vi tonteando juguetona con alguien que no era yo. Con alguien que no era su novio. Con un tercero bastante más mediocre que ambos anteriores. Ya la hube olvidado. No me importó en absoluto. Le hice una mueca tan estúpida como cariñosa que había copiado de un videoclip barriobajero a la que respondió taxativamente haciéndome reír al quitarse el sostén.

domingo, 15 de mayo de 2011

Sombras en la noche (LVI)


Y las ideas geniales durante los cortos y maravillosos paseos morían de olvido. Por no haberlas apuntado a tiempo en los cuadernos (de la memoria) en los que al ocasionalmente repasar lo escrito me sumía en la más sumisa suma (valga la suma de redundancias) ignorancia indiferente a lo expuesto. Son palabras sin un sentido claro que evocan un pasado lúcido que ahora es intranscriptible.

viernes, 13 de mayo de 2011

Sombras en la noche (LV)


Y entonces volvía a desaparecer, esta vez no como un vanish ni como un disappear. Aquello era un getaway en toda regla. Una fuga hacia ninguna parte. Hacia el deambular. Hacia la soledad y el placer de solazarse solo entre mis pensamientos, mis recuerdos, mis tonterías. Necesidad de tiempo.

lunes, 9 de mayo de 2011

Sombras en la noche (LIV)



-          ¿Qué senda correcta si todos los caminos llevan a Roma?
-          Qué cosas, che. Roma, la ciudad eterna; es ahora metáfora de la muerte.

En ese preciso momento, al igual que ahora, no porque no hubiera absolutamente nada ni porque tuviéramos secretos esotéricos incompartibles ni siquiera porque supiéramos que no nos íbamos a escuchar mutuamente sino porque hacer y hablar eran acciones casi opuestas. Era imposible conversar manteniendo el 100% de la atención disponible a la aprehenderte tarea de observar nuestro entorno.

sábado, 7 de mayo de 2011

Sombras en la noche (LIII)



Ella –y muchas como ella (y como él)- tenía pavor a la oscuridad; a lo desconocido que pudiera acaecerle. A las personas desconocidas y sospechosas. A mí. Y me miraba desafiando a su miedo. Su mirada felina, gatuna, azul, malignamente bella reflejada en mis ojos, rechinando en mi mente. Similar a una canción que queda en el subconsciente y cantas sin querer mientras caminas solo por la calle cuando de repente te das cuenta de que el rumbo tomado no es el correcto y debes volver sobre tus pasos para andar sobre la senda correcta. 

sábado, 30 de abril de 2011

Sombras en la noche (LII)


A ella le daba por buscar un motivo por el que seguir amando y creyendo en las personas al contemplar y tocar las manos de la gente. Degustaba minuciosamente los surcos y su localización en nuestra piel. Creía descubrir algo relevante, misterioso, detonador en las palmas. Una especie de pitonisa que pintaba las rayas ya trazadas de mi mano como si fueran caminos hacia el placer de la compañía y la nada. Caminos sin rumbo ni retorno que se desvanecían entre suaves y delicadas caricias.

Sombras en la noche (LI)

A él le daba por buscar un motivo por el que seguir viviendo en cualquier sonrisa de cualquier beldad, de cualquier joven llamativa, de cualquier lugar donde fuera o cualquier circunstancia estuviera. Cualquier cosa. Cosa cualquiera una. Que fuese cualquiera, cualesquiera, cualsequiera. Lo que tú quieras cariño. Lo que vos querás mi amor.

lunes, 25 de abril de 2011

Sombras en la noche (L)


Yo sólo suscribo y repito lo que dijiste. Y se volvió a hacer el silencio. Ninguno de los dos sabíamos de su naturaleza o significado. Lo único que alcanzábamos a inteligir (captar con el intelecto) es que nos hallábamos bárbaramente cómodos entre aquellas quietudes auditivas, intelectuales, kinésicas y sobre todo espirituales que no nos atrevíamos a quebrar. El río corría manso, tranquilo, la luz de la luna se reflejaba en sus aguas dando una imagen distorsionadamente bella. Mutante al sucederse las ondulaciones en el lecho. La noche era cálida, serena y apacible como nuestros mejores sueños de recién nacidos. Todo era perfecto. Mi amigo y yo soñábamos despiertos ajenos a todo ajeno a nuestra onírica. Durante unos segundos quise querer creer que éramos dos almas gemelas predestinadas a encontrarse juntas a través de la vida. Nacimos para ser amigos. Nada diferente hubiera sido real o posible. La gente nos odiaba; nos amaba por ser diferentes, atrevidos, nunca vistos.

sábado, 23 de abril de 2011

Sombras en la noche (IL)

-          Che, ¿para qué te ponés a divagar del amor si nunca lo sentiste? (recordaba dolorosamente).
-          Y vos que sabés si yo lo sentí o no.

jueves, 21 de abril de 2011

Sombras en la noche (XLVIII)

Ya no servía en ser o no ser shakesperiano, sino el tener o no tener contemporáneo. Nadie sabía lo que significaba ser, lo que era existir. Nadie sabía nada verdaderamente interesante. Éramos demasiado mayores para jugar sin fatigarnos como niños, y demasiado niños como para no aburrirnos de ser siempre mayores. El amor no fue nunca un juego; era el juego por excelencia. Dentro de su luz nos comportábamos tal y como por naturaleza éramos. Destapaba pasiones, máscaras. El amor era algo profundo y extremo: o gozo supremo o total desdicha. Cualquier mínimo detalle en él se antojaba decisivo para conducir y determinar nuestro estado de ánimo. El amor jamás se compuso de olvidos sino de recuerdos dolorosos, fracasados y penetrantes de madrugada; de insomnio. Incluso de sueños.

martes, 19 de abril de 2011

Sombras en la noche (XLVII)

El dinero, che; pensaba por la avenida mojada en un día en el que se despojó de abrigo y paraguas porque pensó ser lo más natural posible. Miraba a los demás con desprecio y fatuidad ya que ellos habían inventado la artificial necesidad de taparse, de huir del agua caída del cielo en forma de lluvia torrencial cada año más desértica. Hacía un esfuerzo estoico por permanecer impasible aunque me calara hasta los huesos y me encharcara los zapatos, humedeciendo de tal modo mis calcetines que podría haber llenado un vaso de agua al refregarlos. La pasta era el método humano definitivo de medir las cosas por un determinado –por la gran masa demandante- precio (no confundir con valor, leer preferentemente cita de Antonio Machado) e intercambiarlas sin necesidad de otros objetos que siempre habrían de ser tangibles. Los euros estaban en todas partes; en el chocho de esa puta, en el helado de ese niño, en el collar de aquel perro. El dinero nos facilitaba la vida y las cosas al igual que Internet, los condones o las tarjetas de crédito. Era una expresión más de la comodidad hacia la que camina inexorablemente la historia.
                                                         

domingo, 17 de abril de 2011

Sombras en la noche (XLVI)

Pero nuestras dentaduras postizas y máscaras de oro quedarían acá para los descendientes de nuestros descendientes y nosotros que tanto nos hubimos esforzado por conseguir tantas cosas no seríamos ni ceniza. Y nuestros herederos despreciarían con cara de asco aquello por lo que sacrificamos nuestro tiempo y arduo trabajo. Y quizá lo arrojaran al vertedero (del olvido) por no tener valor pecuniario.

domingo, 10 de abril de 2011

Sombras en la noche (XLV)

Sin duda, nos casaríamos con alguien de nuestra misma posición social al que conoceríamos en la Uni o tal vez en una discoteca pija y elitista del centro de acceso restringido a clases más bajas. Nos casaríamos siguiendo el ritual tradicional eclesiástico-católico a pesar de que ninguno de los dos tuviéramos convicción religiosa alguna e iríamos de luna de miel a algún destino exótico (tal como Thailandia o Nueva Zelanda, países cuya cultura no comprenderíamos y en los que por no conocer allí a nadie empezaríamos a hartarnos y aburrirnos de nosotros entre polvo y polvo, entre noche y noche) tendríamos hijos que seguirían nuestros pasos en colegios –otra vez católicos- de pago y que serían criados por chachas ecuatorianas, bolivianas, rumanas o bielorrusas porque no tendríamos tiempo para ellos tan sólo para conseguir dinero, boato y prestigio social.

viernes, 8 de abril de 2011

Sombras en la noche (XLIV)

Habíamos de competir para ser el mejor de la clase en el colegio, instituto y universidad; y así tener el mejor salario para comprarse la casa más grande y el coche más caro (aunque sus caballos no sirvieran de nada debido a las restricciones de velocidad o a que nunca lo condujera porque prefería ahorrar tiempo yendo en avión o tren de alta velocidad) hipotecándonos después hasta los 80 con tal de tener una casa en el campo y otra en la playa a la que rara vez iríamos por estar siempre ocupados con nuestro vital trabajo. 

martes, 29 de marzo de 2011

Sombras en la noche (XLIII)

-          ¿Por qué tuviste que hacer eso?
-          Estabas allí desnuda, alegre, impasible tan centrada en tus sueños y tus deseos satisfechos y conquistas que me diste envidia. Me propuse aplastarte con mi cuerpo. Hacer algo primitivo, animal y salvaje. Me suscitaste.
-          ¿Y qué hacías aquí en mi casa espiándome? (cada vez más enfadada y chillona).
                                                                               
No tuve valor de responder y me fui. Ella no volvió nunca más a pedirme explicaciones ni siquiera se alejó de mi como habría hecho cualquiera sino que me concedió una segunda oportunidad extremando lógicamente las precauciones en los momentos en los que quedábamos solos alejados de la muchedumbre, que cada vez eran menos numerosos.

domingo, 27 de marzo de 2011

Sombras en la noche (XLII)

Y un buen mediodía de verano, me colé en su casa con el insano anhelo de contemplarla desnuda en silencio y soledad. Lo conseguí. Escondido dentro de su armario entre su ropa; la vi desvestirse para gozar de la naturalidad y libertad del despojo. La seguí sigilosa y cuidadosamente mientras ella desempeñaba labores domésticas, cotidianas con una alegría en la que no reparaba, automática la cual se captaba por el tono de voz empleado al cantar canciones pegadizas y populares. Veía como sus pechos se movían deliciosamente con retardo al resto de su cuerpo; dando botecitos ya liberados de todo sostén. Sus repugnantes estrías localizadas en la parte superior de ambos muslos ya lindantes con la peluda ingle parecían cicatrices enormes y negras esperando a ser cerradas. La sola visión de su cuerpo al natural motivábame a seguir un impulso erótico irresistible, incompungible. No se podía decir que su figura fuera extraordinaria o incluso bella. No obstante, era provocativa, atractiva tanto que me desnudé y me deslicé hacia ella como animal en celo. Ella, terriblemente asustada, agarró un cuchillo que su abuelo empleaba para hacer figuras con troncos de madera y pretendió clavármelo entre las piernas sin haber advertido mi identidad presente logrando a menos incrustármelo  en la parte anterior superior de mi pierna; próxima al muslo. Yo, cobarde, al ver como la sangre comenzaba a salir a borbotones huí despavorido en busca de su ayuda reclamando socorro con la pierna (y todo el cuerpo) desnuda manchada de un líquido viscoso que se me pegaba a los pelos de la pantorrilla. Ella al reconocerme, salió en mi ayuda y me frenó el hematoma ya que poseía unos conocimientos avanzados en medicina. Tremendamente avergonzado, le pedí mil veces perdón sin atender a explicaciones; que tal vez fueran inexistentes más allá del calentón de unos instantes.

martes, 22 de marzo de 2011

Sombras en la noche (XLI)

Yo había pasado de ser niño raro a desarreglado mental, a demente, a suicida. Buscaba retornar al agua y sumergirme en ella esperando hallar algo parecido a la muerte, a otra vida. A una vivencia estelada a lo largo de la inmensidad del universo. Mas no era posible. Era sumamente inútil intentar trasladar mis pensamientos, formas y profundidades; continentes y contenidos hacia los demás. Incluso a los más cercanos. Ellos jamás reaccionarían de la manera que yo reaccionaba ante tales estímulos. La pesquisa con el objeto de encontrar alguien igual que yo se desvanecía. ¡Pero qué carajo, a mí también me gustaba ser único e irrepetible!

domingo, 20 de marzo de 2011

Sombras en la noche (XL)

Pero el mundo estaba bien hecho, che. Cada uno recogía lo que sembraba, ganaba lo que luchaba, tenía lo que merecía. ¿Por qué iba a estar sujeto a nuestros malévolos caprichos? Acaso la idea de ser eterno era terrible, nos cansaríamos de vivir, querríamos experimentar nuevas cosas fuera de esta; la única existencia no ignota. Si los negros del África perecían de hambre era su culpa y no la mía. ¿Qué había hecho yo para que por naturaleza fueran anárquicos y salvajes? ¿Qué tenía que ver la sociedad occidental en sus guerras, luchas y genocidios fratricidas tribales? 

sábado, 19 de marzo de 2011

Sombras en la noche (XXXIX)


En aquellos momentos, me daba por sentarme solo y aislado en una postura próxima a la del Pensador  de Rodin para contar, enumerar y disfrutar los deseos rotos que jamás lograría realizar. De repente, sentía un gusto, una fruición macabra por la desgracia, por mí desgracia. Era una especie de masoquismo que radicaba en el propio odio que mantenía hacia mi persona. Tal vez fuera porque yo jamás sería lo que yo quería ser. La sola idea de fabricarme a mí mismo con total (y digo total, cosa inexistente) libertad, eligiendo cada minúsculo y fútil aspecto de mi propio ser era no menos que fascinante. El hombre que se hizo a sí mismo a partir de la nada. Un sueño fantástico en el que hubiera escogido ser inmortal para acabar suicidándome. Pero la cosa no finalizaba ahí ni mucho menos; también asumiría la creación y el control de mi–a pesar de no ser mío- mundo externo de tal modo que todo estuviera sometido a mi libre albedrío.

jueves, 17 de marzo de 2011

Sombras en la noche (XXXVIII)



-          Oye, tío; ¿este libro de qué va?
-          Es una miscelánea (con petulancia erudita).
-          Ni siquiera tú sabes qué carajo es eso. Si no me lo quieres decir, no pasa nada. Aunque creo que este rebujo de temas y palabras tampoco lo puedes explicar.
Y yo le continuaba hablando sobre gilipolleces, sobre temas interesantes, críticas constructivas, ideas delirantes sin que ella se implicara en absoluto en la conversación. No parecía importarle nada salvo sí misma, salvo su vida, su felicidad y su entretenimiento.

-          El egoísmo amigo, un pecado de solitarios de espíritu.

lunes, 14 de marzo de 2011

Sombras en la noche (XXXVII)


Sin embargo, puede ser que estas ciencias ocupadas de tratar, solucionar, y principalmente dotar de explicaciones lógicas, coherentes y con sentido del mundo interior, del deep inside humano, de cómo, porqué, para qué y ante cuáles circunstancias respondemos a los diversísimos estímulos obtenidos y procesados mediante el intelecto y los sentidos no fuesen más que algo inútil, abstracto, falible y por encima de todo, prácticamente inadaptables a las reglas de la economía de mercado (más o menos pura) en la que tenemos asentado nuestro sistema y marcadas como cartas inmutables, pese a que su paradero sea decidido por el jugador, la totalidad de nuestras situaciones vividas, viviéndose y por vivir. Estoy hablando quizá de las artes y aquellas disciplinas como la psiquiatría, psicología, sociología y un infinito etcétera de estudios y prácticas que de una manera u otra tocan lo comentado –pongamos por ejemplo el marketing; para vender un producto es imprescindible conocer al ser humano, sus preferencias, su manera de vivir y ver la vida…- sin olvidarnos de otros flecos transcendentales de la cotidianeidad tales como los intercambios de ideas y la comunicación verbal (charlas, diálogos, conferencias, etc.) o la no verbal (que a pesar de ser minusvalorada era tan o más importante que la anterior), origen de los rumores, cotilleos, parábolas, refranes e historias que constituían el saber popular; conocimientos útiles y descriptivos en cuanto reflejaran la realidad en su trasfondo, en su contenido a los que un buen día a algún loco se le ocurrió encerrar para la posteridad inventando para ello un nuevo método de comunicación diferida y recuperable: el lenguaje escrito.

domingo, 6 de marzo de 2011

Sombras en la noche (XXXVI)



Y es que esto de vivir no era fácil, no era un juego de niños como todos hubimos pensado en los albores de nuestra existencia. Y qué no hubiéramos dado por que lo fuera aunque sólo fuese por un segundo más. Los años ya empezaban a pesar en la memoria. Los silencios y los vacíos en los que nos sumergíamos nos sumían en la mediocridad, la desesperanza, la impaciencia, el tedium vitae, en esa insatisfacción que padece el glotón cuando ve que el gigantesco filete que acaba de engullir no le ha saciado sino todo lo contrario; le invita a comer más y más hasta reventar sin haberse hartado nunca, sin haber dicho ya, ya estoy contento con lo que comí. En ese momento, la mente no existía, todo se concentraba en una angustia localizada en la boca del estómago que rodeaba al cuerpo en un aura de ansiedad permanente que iba in crescendo ineluctablemente. En aquél momento, deseaba tener a mano cualquier tipo de droga que me pudiera causar (a largo plazo) un problema aún mayor al del estómago. Yo creía o pretendía creer que el mundo de las sensaciones y los sentimientos; era un terreno inabordado por el hombre, por las disciplinas científicas. Tal vez fuera inabordable por ser tan peculiar, subjetivo y personal. Erré. Leí libros en los que el autor atinaba a describir ciertos patrones comunes –lo que mostraba lo hube sentido en mi piel- que aludían en último término a las vivencias (incluso las minúsculas) y la experiencia del lector. El ulterior y principal propósito del emisor (sea cual fuere el mensaje) es la complicidad del receptor, el hallar similitudes.

martes, 1 de marzo de 2011

Sombras en la noche (XXXV)


Hubiera dado encantado dos cartones de cigarrillos matinales, vespertinos; de esos que te fumas antes de desayunar, de lavarte y de vestirte en cualquier lado: en el patio, en una ventana, en el balcón o la terraza, en el baño arrojando las cenizas al lavabo o incluso en la cocina sentado en un taburete junto a una mesa raída por tanto cuchillo y tanto fuego. Eso era lo mismo que despojarme de la tranquilidad que me daba fumar al comienzo de la jornada para afrontar esta, lo mismo que despegarme a un vicio que merced a la (mala) costumbre ya se había vuelto una necesidad primaria y de ámbito vital como lo era por ejemplo el café de media mañana o mediodía. Ese tipo de pequeñeces tan enormes en su ausencia las hubiera dado con sumo gusto por ser durante 5 míseros e insuficientes minutos ella. Por meterme en su cabeza para saber qué había vivido, cómo se veía la vida desde su atalaya y por supuesto, sentir lo que le proporcionaba mi extraña compañía.

lunes, 28 de febrero de 2011

Sombras en la noche (XXXIV)


De no apuntar las brillanteces que se me ocurrían muy de cuando en cuando, éstas se me olvidaban motivando mi desesperación por recordarlas. De repente, una imagen evocadora devolvíame la genial elucubración que pasaba a yacer en mi bitácora esperando a que alguien, de una maldita vez, la leyera por fin.

domingo, 27 de febrero de 2011

Sombras en la noche (XXXIII)



Ahora parecía que todo lo que conocemos, no detentaba significado ni causa alguna. El universo había surgido del azar, de las moléculas materiales que se atraían o se alejaban. La capacidad intelectual del hombre era lo suficientemente desarrollada y poderosa como para preguntarse cuestiones metafísicas, gnoseológicas y en definitiva referentes a la filosofía. Sin embargo, no podía responder adecuadamente a tales cuestiones.

El porqué como elemento diferenciador del animal humano con respecto a los demás seres vivientes. La ignorancia de la niñez como sinónimo de felicidad. Mi pensamiento desvaneciéndose entre su pelo enmarañado por la cama, entre la pereza que le daba levantarse cada mañana sin tener nada que hacer y la comodidad absoluta que le brindaba su colchón viejo de muelles que al paso de los años y los kilos se iba tornando cada vez más blando y fino. Ella solía decir que con el tiempo, algunas púas localizadas de los resortes sobresalían pinchándole el trasero y la espalda. A mí, me hubiera gustado compartir aquel dolor de repulsa inmediata del cuerpo junto a ella. O quizá no. La inseguridad, la indecisión, la incertidumbre se apoderaban de mi persona haciéndome carne de cañón, toro manso que va a la plaza, papel mojado y demás cosas por el estilo.

sábado, 26 de febrero de 2011

Sombras en la noche (XXXII)



Resultaba ahora que el universo, la totalidad total; el todo radicaba en la mente humana, ese instrumento poderosísimo que hacía y deshacía vidas por medio de una voluntad esotérica, un Dios maquiavélico que disponía y administraba concediéndonos una libertad limitada dentro de nuestras barreras que no eran otra cosa que el conjunto de nuestras incapacidades. Entonces ese Demiurgo aburrido, inventó un juego reglado en el cual el humano ostenta el papel de jugador máximo, de súmmum evolutivo. Ahora resultaba que ese ser supremo y todopoderoso, hubo concedido a los adanes que poblamos este planeta ciertas cualidades mínimas que el poseía mas no la inmortalidad, la absoluta transcendencia contingente, ni la facultad de crear partiendo de la nada. De todos modos, ¿qué es la nada?

-          No creo que nadie sepa lo qué es la nada porque la nada no es; y como somos y percibimos lo que es, no conocemos la nada, es decir, lo desconocido que no es.
-          ¿Y que pensás de lo del Dios creador que dispone y ordena dando al homo un margen de libertad?
-          Que es una invención no sé si tuya carente de evidencia e indemostrable. Es un apriorismo que a ver si aciertas. Pero no está mal pensada ni adolece de talento e imaginación.
-          (Contradiciéndose por nonagésimo nona vez). La nada es lo que fuimos y lo que seremos. Nada se opone a existencia, a vida. La nada es lo que somos mientras no vivimos.

viernes, 25 de febrero de 2011

Sombras en la noche (XXXI)



-          ¿Y vos creés que vivimos de mentiras?
-          No generalices.
-          La pluralidad en el ser humano; una cualidad en peligro de extinción.
-          Mientras tú existas no (entre risas, enseñando sus dientes amarillentos).
-          Sí, pero tú me hiciste una noche unas valiosas declaraciones a este respecto mientras íbamos persiguiendo al metro (que no subterráneo).
-          Me acuerdo. Te dije que nosotros movíamos la mano (metáfora del amor). El amor que supuestamente intentamos perseguir es un producto de nuestra mente; no un elemento objetivo al que deseamos por sus cualidades propias. Nuestro cerebro es el que hace que las cosas sean. Si amo a aquella mujer no es por que sea la más guapa ni la que más tetas tenga sino porque una serie de elementos químicos entrelazados entre sí en el seno del conjunto de mis neuronas.
-          Sin embargo, no es tampoco ningún choco.
-          Su imagen, es también un resultado de la percepción visual procesada por mi seso a partir de un elemento objetivo y tangible que es su cuerpo. Elemental amigo mío (con petulancia sabionda).

jueves, 24 de febrero de 2011

Sombras en la noche (XXX)


No sé si sería un cobarde, un visionario, un loco o un excéntrico incomprendido. El caso es que fracasaba con las mujeres. Sus languideces me superaban en todos los aspectos. 

Al final, había que resignarse para buscar otro sitio donde depositar las mismas vanas y falsas esperanzas e ilusiones de siempre. Al fin y al cabo, nadie se ha sentido satisfecho no habiendo hecho nada. Todos necesitamos un lugar adonde ir, alguien a quien amar y odiar, un plan con un objetivo implícito por cumplir, etc.