Y allí estaba ella. Otra vez. Enamorada irracionalmente de otro cantamañanas que no le haría ni puto caso.
Sabía que iba a fracasar. Se autoengañaba. Pero tal vez toda aquella mierda era mejor que aguantar su aterradora soledad.
Ah, y le gustaba follar.
Sabía que iba a fracasar. Se autoengañaba. Pero tal vez toda aquella mierda era mejor que aguantar su aterradora soledad.
Ah, y le gustaba follar.