Que de una substancia inodora, incolora e insípida provengan todas y cada una de las variopintas formas de vida posibles suscita en mis sesos una
flameante sospecha que ubica a la nada como origen, principio y repetido
arkhé de la
integreza de lo habido.
En este supuesto caso, el todo sería perteneciente al intrépido
vacío de la nada.