Tras aquella amable sonrisa se escondía un grito de desesperación tapado por esporádicos gemidos de placer y alguna que otra estúpida carcajada de borracha.
Seriamente Mario la miró, ella devolvió la mirada y sonrió mirando para otro lado para no querer prolongarla.
Ella esperaba a Mario y Mario no tenía ganas de esperar...
Seriamente Mario la miró, ella devolvió la mirada y sonrió mirando para otro lado para no querer prolongarla.
Ella esperaba a Mario y Mario no tenía ganas de esperar...