"El ocaso de la tormenta será el principio del amanecer dorado".
Con esa frase inscrita en una lápida Mario tornó la cabeza atrás para volver a mirar con garbo incrédulo.
Pero estaban allí la frase y el pensamiento de la posibilidad que se acogía a Mario con la firmeza del que agarra una mano sin querer soltarla sabiendo que pronto va a morir.
Con esa frase inscrita en una lápida Mario tornó la cabeza atrás para volver a mirar con garbo incrédulo.
Pero estaban allí la frase y el pensamiento de la posibilidad que se acogía a Mario con la firmeza del que agarra una mano sin querer soltarla sabiendo que pronto va a morir.