El 1 de octubre del 34 Gil Robles pide que su partido entre el Gobierno.
Y pese a ser el partido más votado no exige ni la presidencia ni la mayoría de
ministerios. 3 carteras ocupa –Agricultura, Justicia y Trabajo- únicamente.
Azaña, Martínez Barrio y Sánchez Román declaran que Alcalá-Zamora,
a quién habían presionado, ha entregado la República a sus enemigos, lo cual
supone en palabras de Azaña “una traición
que rompe toda solidaridad con las instituciones actuales del régimen y afirma
su decisión de acudir a todos los medios de defensa de la República”.
El PSOE y los catalanistas ya tienen la excusa para intentar derrocar
al ejecutivo.
El 5 de octubre del 34, el PSOE y la UGT convocan una huelga
nacional en todo el territorio nacional. El levantamiento en armas del proletariado
fracasa en casi toda España.
En Barcelona, Dencás, consejero de Orden Público, aprovecha el
caos para proclamarse Jefe de Gobierno de una Cataluña independiente. El
presidente de la Generalidad le quita el micrófono y proclama el Estado Catalán
de la República Federal Española e invita a establecer en Cataluña el gobierno
provisional de la República a los dirigentes políticos contrarios al Gobierno.
Lerroux, aplicando la Ley de Orden Público proclama el estado de guerra
y con suma facilidad y pulcritud el general Domingo Batet en poco tiempo vence
la parva resistencia de algunos Mossos y obreros. 10 horas más tarde de la
proclamación, Companys se rinde mientras Dencás huye por las alcantarillas
rumbo a Italia.