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miércoles, 30 de diciembre de 2020

Ley de Claridad

 

La “Loi de Clarification” o “Clarification Act” fue la fórmula empleada por la Cámara de los Comunes canadiense para acabar con el independentismo quebequense.

Sería una solución muy buena si se trasladara a España de no ser porque no tiene encaje en la Constitución Española que en su artículo 2 dice: “La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles”.

Los puntos más destacados de la Ley de Claridad son que:

-          La Cámara de los Comunes tiene las facultades de: decidir si la pregunta de un referéndum sobre la secesión de una provincia es clara y si la mayoría y la participación una vez producido el referéndum es suficiente.

-          Se prohíbe la secesión unilateral así como las negociaciones del Gobierno con una provincia acerca de la independencia.

-          La secesión de una provincia precisa de una reforma constitucional previa y ello, a su vez, precisa ulteriores negociaciones en las que participen todos los gobiernos provinciales y el propio gobierno de Canadá.

-          Si Canadá es divisible, la provincia que quiere secesionarse también ha de serlo.

Esta última cuestión es capital puesto que a tenor de los distintos resultados electorales habidos en Cataluña, la secesión se produciría en el medio rural mientras que Barcelona y Tarragona –motores económicos de la Comunidad Autónoma- se mantendrían españolas haciendo de la segregación algo indeseable para los independentistas.

viernes, 25 de diciembre de 2020

Los golpes de Estado de la II República (IV): La Revolución de octubre (II)

 

El 1 de octubre del 34 Gil Robles pide que su partido entre el Gobierno. Y pese a ser el partido más votado no exige ni la presidencia ni la mayoría de ministerios. 3 carteras ocupa –Agricultura, Justicia y Trabajo- únicamente.

Azaña, Martínez Barrio y Sánchez Román declaran que Alcalá-Zamora, a quién habían presionado, ha entregado la República a sus enemigos, lo cual supone en palabras de Azaña “una traición que rompe toda solidaridad con las instituciones actuales del régimen y afirma su decisión de acudir a todos los medios de defensa de la República”.

El PSOE y los catalanistas ya tienen la excusa para intentar derrocar al ejecutivo.

El 5 de octubre del 34, el PSOE y la UGT convocan una huelga nacional en todo el territorio nacional. El levantamiento en armas del proletariado fracasa en casi toda España.

En Barcelona, Dencás, consejero de Orden Público, aprovecha el caos para proclamarse Jefe de Gobierno de una Cataluña independiente. El presidente de la Generalidad le quita el micrófono y proclama el Estado Catalán de la República Federal Española e invita a establecer en Cataluña el gobierno provisional de la República a los dirigentes políticos contrarios al Gobierno.

Lerroux, aplicando la Ley de Orden Público proclama el estado de guerra y con suma facilidad y pulcritud el general Domingo Batet en poco tiempo vence la parva resistencia de algunos Mossos y obreros. 10 horas más tarde de la proclamación, Companys se rinde mientras Dencás huye por las alcantarillas rumbo a Italia.