miércoles, 28 de abril de 2021

Sombras en la Noche (CLXXVII)

Los relojes se paraban en las madrugadas silentes. La mente paramnética rellenaba los huecos de la memoria.

El espacio y el tiempo se abatían como el nácar hundido en la arena.

De una forma extraña, Mario penetraba en los abtusos de la existencia casi sin ser consciente. 

Los céfiros acariciaban los cabellos de su cuerpo. El entendimiento volaba hacia el oeste de las ideas sustantivas.

lunes, 26 de abril de 2021

Sombras en la Noche (CLXXVI)

Dejó su Pontiac LeMans del 68 en el boulevard. Las palmeras hacían que luz de la tarde se sombreara zebreándose sobre el automóvil.

El almizcle de la daifa interrumpió el capuccino. Rojo el canesú sobre su piel nívea. Rojos eran sus labios, estro partenogénetico de una jarifa que laceraría el corazón de un ente inerte.

Pero Mario había abominado de la vida.

La miró fijamente un instante. Frunciendo el ceño. Y volvió la vista hacia el serpenteo de los dorados hilos de palma al viento.

Sus ojos trocaron en àlveos de un llanto negro que componía un mosaico caóticamente hermoso sobre su faz.

Y se fue. Para siempre.

sábado, 24 de abril de 2021

Sombras en la Noche (CLXXV)

Pensaba Mario en haber sido, ser y devenir un navío derrelicto que tras el fuerte oraje ascendería hacia el cielo.

Quizá todo estuviera en descender a la gehenna y comportarse como un héroe imperial corruscante.

sábado, 17 de abril de 2021

Sombras en la Noche (CLXXIV)

El celaje arrebolado era el acendrado introito hacía una limerencia perfectamente entrópica.

Pero la figura de Mario rielaba en el estanque. Su mente se hundía en los cilicios del alma.

Pensaba Mario que ya había vivido. Y que seguir viviendo por vivir nunca sería suficiente.

viernes, 16 de abril de 2021

Sombras en la Noche (CLXXIII)

Y Mario volvió a ser el rapsoda que siempre fue buscando en el pasado lo que era sido.

Desdevanaba devaneos sobre los alcores que el Sol bruñía. Haces de luz barnizaban su piel mientras la vista se perdía en la invisible lontalanza de los ingentes horizontes.

La soledad henchía la sinapsis eléctrica de la serena felicidad mental.

jueves, 15 de abril de 2021

Sombras en la Noche (CLXXII)

Estaba buenísima. Pero iba enseñando demasiado por la calle.

Aquella mujer no era la Astarté que Hércules perseguía allende las columnas.

Era un putón verbenero. Y los machos alfas quieren hembras caras.

lunes, 12 de abril de 2021

Sombras en la Noche (CLXXI)

No cabía hesitación, lo perfecto es el asesinato premeditado del arte.

Someter al genio de la inspiración a la deprecación de la técnica era como cazar a Dios con con una escopeta. Necrofilia forense.

sábado, 10 de abril de 2021

Sombras en la Noche (CLXX)

El lapislázuli besaba añil el candilazo del ocaso sobremarino.

Pensaba Mario que Galdós era Velázquez. Su obra, una una proyección psicológica magna.

Las finas pinceladas de Mario simplemente trazaban figuras imposibles, un muladar de sonetos a una Helena de Troya no nata.

Pero conjeturada fantasiosamente desde el Eón Hádico. Desde la prima gemación del protobionte.

jueves, 8 de abril de 2021

Sombras en la Noche (CLXIX)

La brisa desbriznaba los pétalos de las rojas rosas. La juventud se desvanecía entre hálitos y suspiros que la rutina abría.

La vida quería siempre posicionarse introibo ad altares Dei. 

Mario sabía que su ataraxia constante, su letargo latente era una ofensa a Turania.

Sin besos, sin discusiones, sin codicia, sin veleidades lascivas...

Los días eran una sucesión de difuntos fotocopiados. De monotonias mortuorias.

Pero me cago en la puta de oro. Tal vez la felicidad fuera eso. Encerrarse en lecturas mitológicas, en cavilaciones cabalísticas. En abolir la voluntad real para alcanzar arcadias cananeas

lunes, 5 de abril de 2021

Sombras en la Noche (CLXVIII)

La sangre de toro

Hiende

El albero

Para hacerlo del torero


Tus labios

Moja

El beso del Rocío

Para hacerlos míos