En multitud de ocasiones, la gran mayoría tiende a identificar lo fantástico o mágico con lo irreal, lo incomprensible, inefable o extraordinario.
Yo, en cambio -como no podía ser de otra manera-, veo fantásticos inventos que hoy se han convertido por fortuna en cotidianos; tales como la posibilidad de iluminar un habitáculo con tan sólo pulsar un botón o la disponibilidad de agua potable en toda ocasión o que como ocurre en este preciso momento mi expresión pueda ser universal con la posesión bastante accesible de computadora y conexión a la red.
Pues bien, todas estas comodidades, facilidades y posibilidades que abarcan hasta al mero entretenimiento y que conforman nuestro irreconocido mas gaudato bienestar.
Y tal vez no conviene reiterar en el olvido o el odio que dicho estatus ha sido logrado mediante conceptos tan actualmente detestados como el liberal capitalismo globalizado (estructura) y la investigación científica (praxis) que es realmente el fantástico binomio que da lugar al progreso.