sábado, 3 de marzo de 2012

Y Mario se hartó

No comprendiendo como alguien tan inteligente como su amigo podía estar con una tía tan sumamente tonta y harto de escuchar sus gilipolleces Mario le aireó:

- ¿Por qué me sonríes cuando hablas? ¿Te crees interesante o algo?

Sobra decir que para no escuchar ni un segundo más sus pamplinas Mario se levantó y se fue a fumar con algún viejo.