sábado, 11 de julio de 2020

Sombras en la noche (CLXI)

Cuando el ánimo se hundía en las umbrías y tenebrosas simas de un profundo foso Mario tenía la insana tortura de obsesionarse con féminas albas, inmaculadas y sumisas bajo el halo de la sacrosanta virginidad.

Seres divinos y sobrenaturales no corruptos por el muladar del pecado original. 

Era una lástima que tales seres hubieran sido devorados por el postmodernismo destructor de la civilización.