Al recordar su conversación con Sir Frederick Gillingham y pensando en el consuelo de la memoria y la esperanza Mario soñó con ser un náufrago perdido entre el oleaje del inmenso mar.
Y dióse cuenta de que la esperanza de que algún barco era su única chance de sobrevivir.
Asimismo, el calor pegajoso de la noche mediterránea que entraba por su ventana le hizo desvelarse y creer que si tal vez el barco no pasare; la memoria le dejaría morir en paz.
Y dióse cuenta de que la esperanza de que algún barco era su única chance de sobrevivir.
Asimismo, el calor pegajoso de la noche mediterránea que entraba por su ventana le hizo desvelarse y creer que si tal vez el barco no pasare; la memoria le dejaría morir en paz.