Con una leve mirada a sus ojos, Mario inmediatamente reparó en que aquella aburridamente normal mujer no había asistido a aquella orgía por tedio o búsqueda hedónica del placer pues ni le gustaba follar.
Simplemente estaba allí otro fin de semana intentándo escaparse de su aterradora soledad.
Simplemente estaba allí otro fin de semana intentándo escaparse de su aterradora soledad.