jueves, 3 de abril de 2014

Sombras en la noche (CXVI)

De aquella chica nórdica guardaba Mario Daniel un recuerdo simpático a la vez que una sensación de incompletitud.

Era acaso imposible tener una relación de amistad ordinaria con una mujer a la que bien jodía si esta fuese mediterránea.

Tras esa sonrisa quizá verosímil de superior perfección se hallaba la intención lícita pero egoísta y algo desalmada de vivir probándolo todo al gusto sin dar cuentas de nada a nadie; y sin estar dispuesta a dejar surgir un vínculo que lo permitiera.