miércoles, 5 de mayo de 2021

Sombras en la Noche (CLXXIX)

Un peral salvaje descabalado se alzaba sobre la roca. Mario impertérrito ascendía entre aulagas y genista hacia la cima.

Allí se deleitó con las siluetas del horizonte al atardecer.

Imaginó transfigurarse en un íngrimo nimboestrato que el siroco llevó a los pináculos del cimborrio.

Al final del verano, miles de petirrojos le atravesarían graznando el húmedo corazón.

Pero él seguiría, incólume, su camino en las alturas hacia la nada.