jueves, 30 de octubre de 2008

La estupidez divina

Dios inventó al hombre para que este último lo matara, o mejor para que lo mataran a él y análogamente a su hijo con la bien correspondida ración de vejaciones, espera agónica, humillaciones, sufrimiento, lapo al rostro y empleo de toda la ira humana posible sin alternativa al abandono del padecer como un animal.

¿Dejaría un todo un Dei Creator Omnipotentis ser violado de tal manera por una alimaña inmunda como el hombre?