Versos Rotos
viernes, 23 de octubre de 2009
El primer poeta
Allá en los tiempos en los que era imposible distinguir a un hombre de un orangután, un solitario soñador dejó grabado en la caverna a su imaginario amor platónico:
- Que la fealdad de mi letra no te impida descubrir la belleza de mis palabras.
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