- Eso es lo que todos ansiamos; escapar de la vida en vida aún cuando estemos inmersos en ella, aún cuando estemos viviendo.
-Así, no posee otro sentido el escuchar música, beber alcohol, ver una película, hacer el amor o fumarse un porro.
- Al evadirnos de nuestra existencia (generalmente los problemas y dudas intrínsecos a nuestro pensamiento) volvemos a divertirnos, volvemos a ser los niños que nunca volveremos a ser, volvemos a olvidar e ignorar al mundo, los líos, las tragedias y las realidades.
- Y volvemos, aunque tan sólo por un fugaz instante, a capturar y gozar sintiendo la esencia más loca, la más maravillosa de la vida: el juego.