No obstante, y contradiciendo lo dicho antes, existe un tipo de contrición -poco común- que nos enseña a analizar nuestro propio plano fáctico-moral revelando así nuestros propios errores.
Claro es que esto no serviría si no halláramos en nosotros la firme proposición de no incurrir en lo malo que conocemos por haberlo hecho.
- Aquesto constituye el verdadero aprendizaje.