Razic creía firmemente en los principios libertarios ultraderechistas basándose en la evidencia de que nadie es igual que nadie aunque pertenezcamos a la misma especie, necesitándonos principalmente para procrear.
También solía decir que la situación actual referente al poder o política en la que vivimos era una mezcla vulgar de ambas actuando cada uno según conveniese orientándose sin saberlo hacia una vertiente u otra. Desde el club, él pretendía abrir una ventana a la inmensidad de la verdadera libertad que proclamaba dando su ejemplo. Repetía que era el Mesías del nuevo anarquismo.