lunes, 15 de noviembre de 2010

Huellas de sangre

- Él era un mujeriego empedernido, sentía la constante necesidad de estar constantemente colgado de alguna señorita.



- (Ríe dejando al descubierto el chicle que lleva en la boca) Me dijo una vez el cabrón, que participaba en orgías con la imprescindible condición de ser el único macho del grupo.



- Lo recordaremos como un triunfador al cabrón. Sin embargo, era un gilipollas integral, ni estudiaba ni trabajaba. Sabía vivir y tuvo suerte y era listo; pero ese tío no sabía ni donde estaba Portugal, ni resolver una simple ecuación ni siquiera tenía inquietudes intelectuales o metafísicas...



- Ni le interesaban en absoluto...; pero, ¿por qué lo recordamos como a un genio, si era un puto chusma?



- (Ríe sardónicamente) Porque a lo largo de su vida se folló a 400000 tías. ¿No me digas que no le envidiamos? Lo que quería decir, lo que nos cuesta comprender, es que las mujeres nunca irán hacia ti por ser el más inteligente, el mayor genio, el más elocuente ni el más sabio.