Cuando me cansé de él, proseguí mi camino cavilando sin parar sobre Platón y su teoría de la caverna; lo que vemos y la realidad. Lo que parece ser y lo que es. Los engaños de los sentidos, la demagogia, el poder de la mente humana. Lo que era ser un filósofo loco e incomprendido en la Grecia Antigua (posteriormente seguido por millones de eruditos) y lo que era serlo ahora. Que te trataran como a un demente incorregible. Estar marginado porque nadie comparte tus ideas, tus ideas delirantes, tu modo de sentir y concebir cuantas cosas hay. En cambio, estar marginado también tenía sus ventajas, ser independiente e impenetrable. La pureza total del pensamiento.