El del club, Vladimir Kezic; era un borracho parado vagabundo que se despojaba del estilo de vida occidental –caracterizado por la comodidad, el trabajo rutinario y monótono de 8 horas, la aceptación gregaria del sistema, etc.- deviniendo en un vagabundo que moría por sus ideales, por su vida bohemia, por sus lecturas sumamente analíticas de Kafka, Goethe, Dostoyevski, Borges y sobre todo de filósofos como Dilthey o Heidegger. Además, se dedicaba a estudiar idiomas los cuales aprendía en apenas una semana con una facilidad pasmosa (como la mayoría de los balcánicos).