Sin embargo, había algo, un espíritu esotérico, un sentimiento abstracto y vero o un feeling intangible que nos era común y conocido a ambos.
- Los amigos estamos para algo más que para salir de copas- me recordaba en mi cabeza mi camarada.
Y era verdad, una amistad auténtica no era un pasatiempo o una compañía con la que pasar el rato y entretenerse. Era algo más profundo, un sentimiento más noble; el más noble quizá de cuantos existen.