lunes, 28 de febrero de 2011

Sombras en la noche (XXXIV)


De no apuntar las brillanteces que se me ocurrían muy de cuando en cuando, éstas se me olvidaban motivando mi desesperación por recordarlas. De repente, una imagen evocadora devolvíame la genial elucubración que pasaba a yacer en mi bitácora esperando a que alguien, de una maldita vez, la leyera por fin.