Aquella tarde, el lánguido Pablo me presento a una de sus mejores amigas de la que hubo estado hablándome tardes y tardes, aludiendo a su infinita inteligencia, sus óptimos resultados académicos y su genial pragmática; la chica era una estudiante de 2º de Bachiller en la modalidad tecnológica, mas pronto partiría a Madrid donde le esperaba una carrera digna de su nivel académico:Ingeniería Aeronáutica, cota imposible para el 95% de los mortales.Prueba de su lumbre, he de decir que la joven en cuestión superaba con amplitud el estribo que todavía se pide para acceder al susodicho título, habiendo para sí un promedio de calificaciones en exámenes superior a los 9´47 puntos de media.
Ansioso por entrevistarla,y análogamente a mi cortés saludo le espeté:-¿Qué sabes tú de la vida?
Instantáneamente replicó:-Nada.
Creo que desde aquel momento queda testada la extraordinaria inteligencia de la chica, mucho más lista de lo que pensaba.