sábado, 12 de diciembre de 2020

La transición(VI): El Sáhara (II)

Fue Juan Carlos. El Rey Emérito fue el que entregó el Sáhara a su amigo Hassan II. España no obtuvo nada a cambio. Vamos a verlo.

16 de octubre de 1975. El Tribunal de la Haya concluye que los vínculos de soberanía entre el Sáhara y Marruecos son inexistentes. Simultáneamente, se prepara la marcha verde. 300.000 marroquíes se harían pasar por saharauis. Entre ellos, numerosos oficiales infiltrados. Inermes, en teoría.

Al día siguiente, un decrépito Franco preside su último Consejo de Ministros. Afirma que se debía defender el Sáhara incluso militarmente. El jefe del Estado Mayor transmite la orden de comenzar los preparativos para evacuar la provincia.

Con Franco ya moribundo, Juan Carlos preside el 31 de octubre su primer Consejo de Ministros. Sabedor de que tendría plenos poderes, había enviado en secreto a su hombre de confianza, Manuel Prado y Colón de Carvajal, a firmar con Kissinger la entrega del Sáhara a Marruecos a cambio del apoyo norteamericano en su singladura como Rey de España.

El 2 de noviembre de 1975, Juan Carlos visita las tropas españolas en El Aaiún. Y afirma: “España no dará un paso atrás, cumplirá todos sus compromisos, respetará el derecho de los saharauis a ser libres […] No dudéis que vuestro comandante en jefe estará aquí, con todos vosotros, en cuanto suene el primer disparo”.

4 días más tarde se produce la marcha verde. Los legionarios habían sido retirados y los campos de minas levantados. El 12 de noviembre se negocia en abierta y flagrante violación de la normativa sobre la autodeterminación de la ONU, la cesión del Sáhara a Marruecos y Mauritania.

La marcha verde trocó en una invasión militar marroquí a base de napalm y fósforo blanco sobre la resistencia saharaui.

El día que muere Franco, el Rey firma la última Ley de la dictadura militar. En dicha Ley 40/1975 se afirma que el Sáhara “nunca ha formado parte del territorio nacional” así como que “Próximo a culminar el proceso de descolonización de dicho territorio, de conformidad con lo establecido en la Carta de las Naciones Unidas, procede promulgar la norma legal adecuada”.